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Sfondo del paragrafo

Sobre las "uniones homosexuales"
qué piensa 
la «Palabra de Dios» y la «Tradición de la Iglesia»
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(para las últimas noticias del Magisterio Eclesial al respecto - clica aquí)

Sfondo del paragrafo

Palabra de Dios

  

Antiguo Testamento

 

       Las relaciones con el hombre como con la mujer son una            abominación para el Señor..

  • «No te acostarás con un hombre como si fuera una mujer. Es una abominación» (Lv 18,22).

  • «Si un hombre se acuesta con otro hombre como si fuera una mujer, ambos cometen una abominación» (Lv 20,13).

 

      Una mujer que se viste de hombre o viceversa es una                  abominación..

  • «La mujer no llevará ropa de hombre ni el hombre se vestirá con ropas de mujer, porque el que así obra es abominable para el Señor, tu Dios» (Dt 22,5).

     

Nuevo Testamento

 

       Inteligencia depravada: hombres con hombres y mujeres            con mujeres

  • «Los entregó Dios a pasiones vergonzosas. Sus mujeres sustituyeron las relaciones naturales con otras antinaturales. Lo mismo los hombres: dejando la relación natural con la mujer, se encendieron en deseo mutuo, cometiendo infamias hombres con hombres y recibiendo en su persona la paga merecida por su extravío. Y como no se preocuparon por reconocer a Dios, él los entregó a una mente depravada, para que hicieran lo que no es debido [...] Y, aunque conocen el veredicto de Dios, que declara dignos de muerte a los que hacen estas cosas, no sólo las practican, sino que aprueban a los que las hacen» (Rom 1,26-28.32).

     

    Los afeminados y sodomitas no heredarán el reino de Dios..

  • «...  Ni afeminados ni homosexuales, […] heredarán el reino de Dios» (1Cor 6,9-10).

     

  Sodoma y Gomorra: los vicios contra la naturaleza sufren los    dolores..

  • «Sodoma y Gomorra y las ciudades limítrofes […] se dejaron llevar por vicios contra la naturaleza y ahora sufren la pena de un fuego eterno» (Jds 7).

 

Enseñanza de la Iglesia Católica

  

Época Patrística

 

       Se deben detestar los vicios contrarios a la naturaleza..

  • --- San Agustín (354-430), obispo de Hipona y Doctor de la Iglesia: «Así pues, todos los pecados contra naturaleza, como fueron los de los sodomitas, han de ser detestados y castigados siempre y en todo lugar, los cuales, aunque todo el mundo los cometiera, no serían menos reos de crimen ante la ley divina, que no ha hecho a los hombres para usar tan torpemente de sí, puesto que se viola la sociedad que debemos tener con Dios cuando dicha naturaleza, de la que él es autor, se mancha con la perversidad de la libídine» (San Agustín, "Confesiones", libro III, cap. VIII, no. 15).

     

Época Medieval

 

   Los pecados son aún más deshonrosos que la                             intemperancia..

  • --- Santo Tomás de Aquino (1224-1274), «Cuando decimos que la intemperancia es más vituperable, debe entenderse entre los vicios humanos, los cuales se consideran por relación con las pasiones conformes, en cierta medida, con la naturaleza humana. Pero los vicios que se apartan de esa medida de la naturaleza humana son más vituperables. Sin embargo, parece que aun éstos pueden reducirse a la intemperancia por exceso. Tal sería el caso de quien encontrara placer en comer carne humana o en el coito con los animales o con personas del mismo sexo» (Santo Tomás de Aquino, "Suma de Teología", II-II, C. 142, a. 4).

 

       El pecado contra la naturaleza no agrada a Dios ni a los               demonios..

  • --- Santa Catalina de Siena (1347-1380), Doctora de la Iglesia, «(El Señor dice a Santa Catalina como en algunos Ministros reina el pecado contra la naturaleza) No sólo con la inmundicia y fragilidad a que naturalmente os halláis inclinados por vuestra débil naturaleza. Ellos, desgraciados, no sólo no dominan esta fragilidad, aunque la razón lo puede hacer cuando lo quiere el libre albedrío, sino que obran aún peor, porque cometen el maldito pecado que es contra la naturaleza. Como ciegos y tontos, ofuscada la luz de su entendimiento, no reconocen la pestilencia y miseria en que se encuentran, pues no sólo me es pestilente a Mí, sino que ese pecado desagrada a los mismos demonios, a los que esos desgraciados han hecho sus señores. ¡Tan abominable me es ese pecado contra la naturaleza, que sólo por él se hundieron cinco ciudades! como resultado de mi juicio, al no querer mi divina justicia sufrirlas más; que tanto me desagradó ese abominable pecado. Es desagradable a los demonios, no porque les desagrade el mal y se complazcan en lo bueno, sino porque su naturaleza fue angélica, y esa naturaleza rehúye ver cometer tan enorme pecado en la realidad» (Santa CATALINA DE SIENA, "El Diálogo", cap. 124).

 

Época Posmoderna

 

       Sagrada Escritura y Homosexualidad..

  • - Congregación para la Doctrina de la Fe: «Se señala una nueva exégesis de la Sagrada Escritura, según la cual la Biblia o no tendría cosa alguna que decir sobre el problema de la homosexualidad, o incluso le daría en algún modo una tácita aprobación, o en fin ofrecería unas prescripciones morales tan condicionadas cultural e históricamente que ya no podrían ser aplicadas a la vida contemporánea. Tales opiniones, gravemente erróneas y desorientadoras, requieren por consiguiente una especial vigilancia.. La teología de la creación, presente en el libro del Génesis, suministra el punto de vista fundamental para la comprensión adecuada de los problemas puestos por la homosexualidad. Dios ... crea al hombre a su imagen y semejanza como varón y hembra. … El capítulo tercero del Génesis muestra cómo esta verdad sobre la persona humana, en cuanto imagen de Dios, se oscureció por el pecado original.. Así el deterioro debido al pecado continúa desarrollándose en la historia de los hombres de Sodoma (cf. Génesis 19,1-11). No puede haber duda acerca del juicio moral expresado allí contra las relaciones homosexuales. En el Levítico 18,22 y 20,13, cuando se indican las condiciones necesarias para pertenecer al pueblo elegido, el autor excluye del pueblo de Dios a quienes tienen un comportamiento homosexual. Teniendo como telón de fondo esta legislación teocrática, San Pablo desarrolla una perspectiva escatológica, dentro de la cual propone de nuevo la misma doctrina, catalogando también a quien obra como homosexual entre aquellos que no entrarán en el reino de Dios (cf. 1Cor 6,9). En otro pasaje de su epistolario, fundándose en las tradiciones morales de sus antepasados, pero colocándose en el nuevo contexto de la confrontación entre el Cristianismo y la sociedad pagana de su tiempo, presenta el comportamiento homosexual como un ejemplo de la ceguera en la que ha caído la humanidad. Suplantando la armonía originaria entre el Creador y las creaturas, la grave desviación de la idolatría ha conducido a toda suerte de excesos en el campo moral. San Pablo encuentra el ejemplo más claro de esta desavenencia precisamente en las relaciones homosexuales (cf. Rom 1,18-32). En fin, en continuidad perfecta con la enseñanza bíblica, en el catálogo de aquellos que obran en forma contraria a la sana doctrina, vienen explícitamente mencionados como pecadores aquellos que efectúan actos homosexuales (cf. 1Tim 1,10)». (CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, "Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la atención pastoral a las personas homosexuales", Roma 1986, nn. 4.6).

 

       Homosexualidad y Unión Legal..

  • - Congregación para la Doctrina de la Fe: «La Iglesia enseña que el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la aprobación del comportamiento homosexual ni a la legalización de las uniones homosexuales. El bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial como base de la familia, célula primaria de la sociedad. Reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio, significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad. La Iglesia no puede dejar de defender tales valores, para el bien de los hombres y de toda la sociedad». (CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, "Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales", Roma 2003, no. 11).

 

       Pastoral de los Homosexuales: promoción de la                             Catequesis..

  • - Congregación para la Doctrina de la Fe: «Esta Congregación, por consiguiente, anima a los Obispos para que promuevan en sus diócesis una pastoral que, en relación con las personas homosexuales, esté plenamente de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia.. Un auténtico programa pastoral ayudará a las personas homosexuales en todos los niveles de su vida espiritual, mediante los sacramentos y en particular a través de la frecuente y sincera confesión sacramental, mediante la oración, el testimonio, el consejo y la atención individual. De este modo la entera comunidad cristiana puede llegar a reconocer su vocación a asistir a estos hermanos y hermanas, evitándoles ya sea la desilusión, ya sea el aislamiento.. Los Obispos, sobre todo, no dejarán de solicitar la colaboración de todos los teólogos católicos para que éstos, enseñando lo que la Iglesia enseña y profundizando con sus reflexiones el significado auténtico de la sexualidad humana y del matrimonio cristiano en el plan divino, como también de las virtudes que éste comporta, puedan ofrecer una válida ayuda en este campo específico de la actividad pastoral.. Será conveniente además promover programas apropiados de catequesis, fundados sobre la verdad concerniente a la sexualidad humana, en su relación con la vida de la familia, tal como es enseñada por la Iglesia. Tales programas, en efecto, suministran un óptimo contexto, dentro del cual se puede tratar también la cuestión de la homosexualidad. Esta catequesis podrá ayudar asimismo a aquellas familias, en las que se encuentran personas homosexuales, a afrontar un problema que las toca tan profundamente». (CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, "Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la atención pastoral a las personas homosexuales", Roma 1986, nn. 15.17).

 

       Homosexualidad y Desorden Moral. Llamado a la castidad..

  • --- Catecismo de la Iglesia Católica: «2357. La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19,1-29; Rom 1,24-27; 1 Cor 6,10; 1Tim 1,10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.\n2358. Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.\n2359. Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana» (CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, nn. 2357-2359).

     

  • - Congregación para la Doctrina de la Fe: «La Iglesia, obediente al Señor que la ha fundado y la ha enriquecido con el don de la vida sacramental, celebra en el sacramento del matrimonio el designio divino de la unión del hombre y de la mujer, unión de amor y capaz de dar vida. Sólo en la relación conyugal puede ser moral-mente recto el uso de la facultad sexual. Por consiguiente, una persona que se comporta de manera homosexual obra inmoralmente. Optar por una actividad sexual con una persona del mismo sexo equivale a anular el rico simbolismo y el significado, para no hablar de los fines, del designio del Creador en relación con la realidad sexual. La actividad homosexual no expresa una unión complementaria, capaz de transmitir la vida, y por lo tanto contradice la vocación a una existencia vivida en esa forma de auto-donación que, según el Evangelio, es la esencia misma de la vida cristiana. Esto no significa que las personas homosexuales no sean a menudo generosas y no se donen a sí mismas, pero cuando se empeñan en una actividad homosexual refuerzan dentro de ellas una inclinación sexual desordenada, en sí misma caracterizada por la auto-complacencia. Como sucede en cualquier otro desorden moral, la actividad homosexual impide la propia realización y felicidad porque es contraria a la sabiduría creadora de Dios. La Iglesia, cuando rechaza las doctrinas erróneas en relación con la homosexualidad, no limita sino que más bien defiende la libertad y la dignidad de la persona, entendidas de modo realístico y auténtico» (CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, "Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la atención pastoral a las personas homosexuales", Roma 1986, no. 7).

  • - Congregación para la Doctrina de la Fe (1986): «¿Qué debe hacer entonces una persona homosexual que busca seguir al Señor? … Las personas homosexuales, como los demás cristianos, están llamadas a vivir la castidad. Si se dedican con asiduidad a comprender la naturaleza de la llamada personal de Dios respecto a ellas, estarán en condición de celebrar más fielmente el sacramento de la Penitencia y de recibir la gracia del Señor, que se ofrece generosamente en este sacramento para poderse convertir más plenamente caminando en el seguimiento a Cristo» (CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, "Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la atención pastoral a las personas homosexuales", Roma 1986, no. 12).

 

       No reconocer los matrimonios homosexuales es Justicia..

  • - Congregación para la Doctrina de la Fe (2012): «Escribe Sor Farley: “Las legislaciones contra la discriminación de los homosexuales así como de las parejas de hecho, las uniones civiles y los matrimonios gay, pueden desarrollar un papel importante en la transformación del odio, de la marginación y de la estigmatización de gays y lesbianas, que todavía está siendo reforzada por enseñanzas sobre sexo "contra natura", deseo desordenado o amor peligroso. […] Una de las cuestiones actualmente más urgentes ante la opinión pública de los Estados Unidos es el matrimonio entre personas del mismo sexo, es decir, la concesión de un reconocimiento social y una validez jurídica a las uniones homosexuales, masculinas o femeninas, comparables a las uniones entre heterosexuales” (pág. 293). Tal posición es contraria a la enseñanza del Magisterio: “La Iglesia enseña que el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la aprobación del comportamiento homosexual ni a la legalización de las uniones homosexuales. El bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial como base de la familia, célula primaria de la sociedad. Reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio, significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad. La Iglesia no puede dejar de defender tales valores, para el bien de los hombres y de toda la sociedad”. “Para sostener la legalización de las uniones homosexuales no puede invocarse el principio del respeto y la no discriminación de las personas. Distinguir entre personas o negarle a alguien un reconocimiento legal o un servicio social es efectivamente inaceptable sólo si se opone a la justicia. No atribuir el estatus social y jurídico de matrimonio a formas de vida que no son ni pueden ser matrimoniales no se opone a la justicia, sino que, por el contrario, es requerido por ésta"» (CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Notificación acerca del libro Just Love. A Framework for Christian Sexual Ethics de Sor Margaret A. Farley, R.S.M., no. 2 "Uniones homosexuales", 30 de marzo de 2012).

 

       IEl pecado gay es obra de satanás..

  • - Comentario del cardenal Carlo Caffarra (Arzobispo de Bolonia, año 2015): «Mi primer pensamiento es este: estamos al final. Europa se está muriendo. Y tal vez ni siquiera quiere vivir más. Porque no ha habido ninguna civilización que haya sobrevivido al ennoblecimiento de la homosexualidad. No digo al ejercicio de la homosexualidad. Digo: al ennoblecimiento de la homosexualidad.. Los únicos dos que han perdurado durante milenios han sido esos dos pueblos que han condenado la homosexualidad: el pueblo judío y el cristianismo.. frente a hechos de este tipo siempre me pregunto: pero ¿cómo es posible que en la mente del hombre se oscurezca tal evidencia original, cómo es posible? Y la respuesta a la que he llegado es la siguiente: todo esto es una obra diabólica. En sentido estricto» (Cardenal CARLO CAFFARRO, “Los gays son obra de satanás”, en*, [nuestra traducción]).

     

       *véase --> facebook "Fine dei Tempi"

 

       El reconocimiento de los matrimonios homosexuales: Un            error trágico..

  • - Monseñor Joseph E. Kurtz (Arzobispo de Louisville, Kentucky, y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los EE.UU.): «Error trágico que daña el bien común y a los más vulnerables entre nosotros (los niños).. Independientemente de lo que una mayoría estrecha de la Corte Suprema puede declarar en este momento en la historia, la naturaleza de la persona humana y el matrimonio permanecen inalterable e inmutable.. Exhorto a los católicos a seguir adelante con fe, esperanza y amor: fe en la verdad inmutable sobre el matrimonio, arraigada en la naturaleza inmutable de la persona humana y confirmada por la revelación divina; esperanza de que estas verdades una vez más prevalezcan en nuestra sociedad, no sólo por su lógica, sino por su gran belleza y servicio manifiesto al bien común; y el amor a todos nuestros vecinos, incluso aquellos que nos odian o nos castigarían por nuestra fe y convicciones morales». (CONFERENCIA DE OBISPOS CATÓLICOS DE LOS EE.UU., Corte Suprema, sentencia de matrimonio gay "trágico error", 26 de junio de 2015, en:*).

*véase -> sitio web de "Conferencia de Obispos Católicos"

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